sábado, 21 de mayo de 2022

ANIMES

 

Por fuera del totumo donde lo refugiaba, el octogenario leñador y Previniendo conjurar la tormenta que se avecinaba, esa tarde contra el caserío y recostado a un horcón, una vez había terminado de encender un mechón porque la luz es sagrada, se había quedado dormido profundamente. Renzo, el anime. Pensando que había llegado el momento esperado. Aprovecho el descuido y a la media noche de truenos y relámpagos. Calzando sus mágicas sandalias, empezó a caminar sobre las olas tormentosas de la ciénaga, con dirección a la casa de sus verdugos, con la única intención de cobrar  su dulce venganza.

Una noche, cuando se diputaba el combate boxístico entre el púgil panameño y el crédito colombiano por el título mundial de boxeo. El leñador, pegado de la radio, atento se quía el adelanto de la contienda.

“Un gancho de derecha y un recto de izquierdo lanza el retador colombiano a la humanidad de su rival que se va contra las cuerdas del cuadrilátero, el retador levanta su guardia y suena la campana, indicando que termina el asalto.” Trasmitía el narrador costeño.

Mientras por el extremo sur del conchal, dos hombres empezaban a saquear el lugar, llevando consigo  pertenencias de valor económico y riqueza inmateriales del solitario anciano.